disfrutando

deleitarse, regocijo

31 diciembre, 2008

¡nuevo año!

Haya paz (de la que se siente, no de conceptos, ni de negocio), haya justicia por los débiles buenos, no sólo humanos, también por las demás especies, que están pasando su crisis, debido al hambre de dinero y poder de algunos y de sed de sangre, por mucha gente más. Haya paz con el medio ambiente, que nos afecta a todo el mundo, pero que le importa más el dinero, el poder y las doctrinas a casi todo el mundo, antes que abrir los ojos para ver donde vivimos y qué estamos haciendo y por qué. Solo necesitamos disfrutar de esta vida y para esto no hace falta casi de nada de los que se nos mete en la cabeza, desde que nacemos.

¡paz y ecología, para el neuvo año y para siempre!

05 diciembre, 2008

Encuentros en la tercera fase

Gracias a la grande y sincera atención de una farmacéutica y médica.
De nuevo he encontrado a una persona que no es de este mundo, sino, del verdadero.


//cliente eventual2008d//

agradecimientos


Gracias a la grande y sincera atención de una farmacéutica y médica.
De nuevo he encontrado a una persona que no es de este mundo, sino, del verdadero.


//cliente eventual2008d//



27 noviembre, 2008

Mmm...

Por el momento, no sé qué decir de bueno...

¡Bueno, sí!, que las cosas podían ser peores, pero están como están y creo que irán a mejor, dentro de muy poco tiempo... (si no hay imprevistos)

24 octubre, 2008

11 septiembre, 2008

un lugar, un momento

Desde un lugar cercano, se respira el aire del viento, se escucha el silencio de los árboles,
refugiado yo bajo un techo.

Contemplaba un sol brillante y comunicativo,
hacia el fondo de unas nubes caprichosas, sobre las cuales saltaba flotando mi imaginación.

Una larga e interminable tormenta de incomodidades tras de mí dejo, por unas horas.
Es un alivio,
desde donde se puede apreciar algunos campos y algo de baja montaña en el horizonte.

Junto a la bicicleta fiel y una bolsa de tela con provisión y prevención,
para tan sólo unas horas de tarde,

El silencio del campo se manifiesta suavemente con el viento y la luz natural del sol.

Las ideas fluyen mejor, pero también los recuerdos.

No hay placeres mundanos ni urbanos,
aunque sí lo hay cercanos.

Para no ser visto por eventuales conductores sobre una carretera cercana,
refugiéme en un rincón del solitario pero acogedor soportal del edificio,

Sobre el suelo, en el rincón,
desde el cual encontré paz, satisfacción,
contemplando el atardecer al fondo,
y la silente bicicleta junto a un lado.

Hallaba, también, algo de alivio a mi alma,
cuando mi cabeza cobijaba,
sobre el asiento de la columnata,
y apoyado sobre mis brazos.

Paz y sueño, se encontraban,
sin apenas distraerme algún ruido de algo caer ó llegar.

Llegó la hora, algo me dijo, con el sol ya tras los cerros

Despacio y con calma,
tomé mis cosas, la bicicleta y marché del lugar.





--Caminante literario y narrativo--

(Autor de estos blogs y de sus correspondientes cyber-buzones)

04 septiembre, 2008

LA PRINCESA IMPOSIBLE Ó LA MAGIA DEL VESTIR DIFERENTE

En una pequeña pero modernizante localidad del este de Madrid, un día de agosto, tuvo lugar una muy fugaz pero especial acontecer; un hombre pobre, pero humilde, llamado Juan Uno -por llamarle de alguna manera-, se encontraba mirando artículos en una tienda de chinos, cuando apareció una joven ataviada con un largo vestido, una princesa árabo-oriental, parecía. El hombre pobre sintió atracción por ella y pasó cerca de la misma dos veces para respirar su aire y decirla "hola", hasta que decidió estar junto a ella para rozar la mano con la suya, con amago de tomar ésta, mientras sus miradas se dirigían hacia los artículos situados ante ellos. Tras unos segundos, ella se alejó un par de metros y, poco después, el hombre de buena intención, se acercó a ella para iniciar conversación; "¿de qué país (eres)?", ella no entendió y llamó a su hermana, que se encontraba en algún pasillo de la tienda, "¿de qué país (sois)?", de nuevo preguntó él, "Irán", contestó la hermana, "-your?", (pronunciado "-yoo?"), continuó, a lo que Juan correspondió, "Spain,...", la misma le preguntó si habla inglés, "not very much", contestó Juan y ella, mirando a su hermana princesa, terminó; "little". Silenciosos segundos después, regresó al pasillo del cual salía y de nuevo Juan Uno, se quedó sólo con la tímida princesa, ante la mirada del cajero dependiente y sin saber que más decir ó hacer. Terminó de pagar él su compra y se despidió de su princesa con un "bye", ella correspondió igual con su tímida voz.

En la calle, Juan decidió detenerse y esperar sentado en un banco, a ver si pasaban por ahí para intentar continuar la relación, pero, el tiempo pasaba y, tras ver marchar un coche negro desprendiendo música de por allí, decidió volver hacia la tienda, aunque sin entrar, miró hacia la calle del otro lado de la tienda, pero nada, Juan decidió, una vez más, que la mesopotámica princesa de unos minutos y en una tienda, no sería para él y no convenía intentar encontrarla, debido a la larga experiencia de sufrimientos por el motivo de nacer y residir en un país hostil y clasista, entre otras maldades patrioteras.

(Cuento de Juans Gutiérre-t-ian Escuder-sen)

--Caminante narrativo--